8.2.10

Cuando el arte urbano se vuelve elevado

Publicado en Diagonal.

Berlín está considerado uno de los mejores sitios para el arte urbano y el graffiti, pero, como denuncian los encargados de la creación del Museo del Graffiti de Berlín, la comercialización de estos movimientos artísticos resta fuerza revolucionaria a sus propósitos iniciales de denuncia social. La prueba es que, si uno quiere conocer el arte urbano en la ciudad, puede visitar la guía interactiva diseñada por Apple y Adidas.
Uno de los mas conocidos artistas berlineses es El bocho, cuyos murales sobre los sin techo y despojados en Brasil, por ejemplo, llaman la atención del espectador sobre la pobreza y marginación. El encuentro Write4Gold, uno de los mas grandes de europa, fue patrocinado en verano de 2009 por una de las marcas de aerosoles mas conocidas, Molotov. De la difusión del evento se encarga la empresa CSF Media, especializada en márketing de arte urbano. Latas de pintura, rotuladores, revistas, libros y DVDs sobre el arte urbano. Incluso imanes para la nevera con las imágenes de los graffitis pueden encontrarse en el mercado.
    Hay galerías dedicadas a la comercialización de las figuras del arte urbano, como Bansky, como la 3Oworks en Colonia. En 2008 y 2009 tuvo lugar en Berlín la “Urban affaires”, una exposición internacional que este verano contó con patriocinadores como Molotov, empresa vendedora de latas de pinturas, Klebeland, una empresa especilizada en pegamentos y productos adhesivos innovadores, o la marca de Colonia Feurerwear, que produce bolsos, monederos o cinturones de diseno. Esa comercialización del arte urbano se ha expandido a otras ciudades alemanas como Colonia, donde el banco Sparkasse, las marcas de ropa Forvert y Dedicated, así como la de sprays Montana cans han apoyado el proyecto Casanova, que pretende revolver el “problema” del grafitti e intenta encontrar soluciones para que estos artistas puedan expresarse.
La contradicción entre un arte que pretende despertar conciencias pero a la vez se incluye cada vez mas dentro de los circuitos de arte elevado es encarnada a la perfección por el interesante artista holandés Yorit, que en su web lo mismo se acerca a las calles que coloca un texto en latín. Los profesores canadienses Joseph Heath y Andrew Potter hace unos años habían mostrado lo bien que anda el negocio de la contracultura en su best seller Rebelarse vende. Parece que no se equivocan y en el terreno del arte urbano el negocio marcha viento en popa.

No hay comentarios: