28.7.10

Colonia recuerda a los piratas del Edelweiß

Dos músicos junto al cartel del libro “Canciones peligrosas”. Una joven los observa. FOTO: C. Negrete

“Donde no suena una guitarra, no corre el viento”.
Marthin Rüther, pirata del Edelweiss.

En la ciudad alemana se celebró el domingo 11 de julio el festival “Piratas del Edelweiß”, que rinde honor a este grupo juvenil que en los 30 del pasado siglo se opusieron al nacionalsocialismo a través de sus canciones, iconoclastia y pensamientos políticos.

Un bonito parque de la ciudad, el Friedenspark – parque de la paz- acogió el domingo la sexta edición de este festival gratuito con el que la ciudad de Colonia quiere rendir homenaje a estos valientes jóvenes.

Unas 8.000 personas pudieron disfrutar de un día al aire libre lleno de canciones de estos grupos juveniles que supusieron una alternativa a la asociación de jóvenes nacionalsocialistas que impulsó el régimen de Hitler con vistas a inocular su ideología en jóvenes de 14 a 18 años.

Uno de los pocos de aquellos jóvenes piratas que aún sigue entre nosotros es Jean Jülich, que el domingo fue declarado ciudadano de honor.

Su apodo era y es “Schang”, y con sus 81 años, volvió a cantar a orillas del Rhin para todos los asistentes. Jülich es pirata desde los 14, cuando iba al Beethovenspark con su guitarra a cantar junto a los otros jóvenes alrededor de una hoguera.

Una historia mutilada y distorsionada

La palabra “Edelweiss” significa flor de las nieves. Este grupo estaba formado por jóvenes incorformistas, como se autodenominaban, entre 14 y 20 años de edad, que se encontraban en parques o plazas para hacer música. También para realizar excursiones a la naturaleza, de ahí el nombre de flor de las nieves.

Uno de ellos, el cantante Jan Krauthäuser, recordaba hace un par de años que no se trataba tan sólo de “un par de jóvenes, eran varios miles de jóvenes muy normales.

Eran unos 5.000 resistentes entre los jóvenes que se opusieron al horror nacionalsocialista, según el archivo municipal “NS Dokumentationszentrum”. La mayoría de los jóvenes que pertenecían a estos grupos eran de la clase obrera y trabajaban en molinos o fábricas.

Muy diferentes de las juventudes hitlerianas, en su música, ropas y concepción del tiempo libre, eran una asociación de jóvenes cuya visión del mundo se contraponía a la de los jóvenes prohitlerianos.

La asociación “Deutsches Jungvolk” y la “Hitler Jugend”, eran las dos asociaciones juveniles para chicos que aglutinaban al 90% de los jovencitos alemanes, al tiempo que constituían la asociación juvenil mayor del mundo.

Comenzaron como grupos que salían al campo a hacer deporte y estar en contacto con la naturaleza, pero con el tiempo se transformaron en la organización obligatoria en la que los jóvenes eran entrenados en el manejo de armas, al tiempo que encontraban impunidad desde las autoridades para todas las barbaridades que cometían, como robos o agresiones.

Los piratas del Edelweiss en la región del Rhin y otras asociaciones jueveniles alemanas, entre ellas algunas cristianas, se manifestaron contra la violación de los derechos humanos durante el nazismo y ello les valió en muchos casos el encarcelamiento, los interrogatorios y la tortura, sobre todo a los más activos políticamente.

Estos grupos comenzaron formándose en las ciudades mayores, como Hamburgo, Leipzig, Frankfurt y sobre todo Colonia. En principio el Estado los consideraba una asociación con una posible peligrosidad que debía ser vigilada, pero durante y después de la guerra los trataron de criminales y violentos.

Pagaron un precio alto por su coraje: Campos de trabajo, arrestos de la Gestapo y tras la guerra, en lugar de reconocimientos y agradecimientos por su resistencia, encontraron difamación y arrinconamiento.

Las canciones de los piratas del Edelweiss, expresión que utilizaban para autodenominarse incluso entre grupos diferentes entre sí, y escrita en una plaquita de metal que se colocaba en la solapa de la camisa, eran canciones muy diferentes a la música “Volkish” (del pueblo) nazi, escritas en algunos casos por judíos y de temática antinazi muchas de ellas.

Grupos de jóvenes inconformistas hoy en Colonia

Salvando las distancias y la represión que los nazis aplicaban a estos grupos juveniles “unangepassten” (inconformistas) durante el Tercer Reich, y sin tratar de compararlos por las razones históricas evidentes, hay en Colonia en estos días dos grupos juveniles que están constantemente de actualidad y cuyas propuestas están siendo observadas meticulosamente para determinar la legalidad de las mismas.

Uno de estos grupos es el que forma el “Autonomes Zentrum” (Centro Autónomo), que abrió sus puertas el pasado abril a raíz de la iniciativa del grupo Pyranha.

Este Centro Social Autogestionado está funcionando desde entonces con regularidad y lleno de actividades, con los problemas internos propios de un centro de estas características. Desde el ayuntamiento se avisó a los “autónomos”, como ellos se autodenominan desmarcándose del discurso de “ocupas”, se les avisó de que sería desalojado.

Al día siguiente, los autónomos ocuparon el ayuntamiento de Colonia y colocaron una pancarta para pedir la permanencia en el edificio. El alcalde, Jürgen Rotters, les concedió audiencia al día siguiente, reunión en la cual les explicó que el edificio, según los arquitectos de su propietario, el banco Sparkasse, presenta deficiencias en la contrucción y es peligrosa su utilización tal como está en este momento.

Asimismo, les señaló que el uso que están haciendo del edificio, y que pertenece a la entidad bancaria, es ilegal y desde el ayuntamiento no pueden hacer nada.

La falsa noticia en una calle de Colonia. FOTO: Strassenstriche.net

Al día siguiente, la ciudad de Colonia amaneció con una sorprendente noticia colgada de los puestos de venta del periódico Express: “Sparkasse les regala a los autónomos el edificio”.

En el sitio Indymedia, además, apareció una noticia, que aún continúa colagada (13.07) en la que se explicaba con los documentos fotocopiados adjuntos, que el banco había decidido apoyar la iniciativa de los autónomos y dejarles el centro. Sin embargo, se trataba de una acción reivindicativa de la autodenominada “guerrilla comunicativa”.

El domingo fue la última vez en que los autónomos hablaron con el alcalde, en el festival “piratas del Edelweiss”, donde les reiteró de nuevo que no está en manos del ayuntamiento decidir el destino del centro cultural y del edificio, y que será el banco, su legítimo dueño, quien decida emprender o no las acciones legales pertinentes.

Desde la ocupación del ayuntamiento, el periódico local Kölner Satdt Anzeiger, mantiene en su web una encuesta en la que pregunta a la ciudadanía su opinión sobre el Autonomes Zentrum. Ya son 3.800 las personas que han votado la encuesta que el pasado dos de julio colocó el periódico Kolner Stadt Anzeiger.

El boicot a la matrícula de la facultad 
El otro grupo juvenil que vigilan las autoridades es el llamado “Bildungsstreik” (Lucha educativa). Este grupo se opone, como otros muchos en toda Europa, al llamado Plan Bolonia, mediante diversas acciones.

El año pasado ocuparon la universidad (ver noticia de abajo) y esta vez traen una campaña de “Gebührenboycott”, que significa “boicot a las tasas académicas”.

Protestan porque las tasas académicas las pagaba el Estado alemán, y han comenzado a pagarlas los alumnos en algunnos estados como Renania-Westfalia, a raíz de la introducción del llamado Plan Bolonia.

Lo que proponen es que los estudiantes ingresen el dinero, en lugar de en la cuenta bancaria de la universidad, en la cuenta del boicot, con la idea de que lo haga todo el mundo y dejar así a la Universidad desarmada.

El dinero, en el caso de que sean pocos estudiantes los que apoyen la propuesta, será devuelto a la Universidad directamente. Esta iniciativa retoma la lucha estudiantil que los padres de los jóvenes que hoy se manifiestan llevaron a cabo hasta lograr la supresión de las matrículas que han vuelto a imponerse ahora.

Los apoyan no sólo organizaciones estudiantiles, sino también políticos de los verdes, de los Linke, del partido socialdemócrata y del partido de los piratas. En total, más de 300 alumnos han secundado el boicot.

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